Cuando un silencio se rompe, es imposible de reconstruir. Un espejo que se parte en mil pedazos jamás será el mismo, ni el reflejo que se pueda ver en el. Un fuerte roble puede ser tirado por el viento. Una enorme roca golpeada una y otra vez por el incansable mar, sucumbirá alguna vez a su capricho.
De esto se aprende que lo rígido y sólido es absolutamente destructible. Entonces la verdadera fuerza, lo indestructible descansa en lo flexible y etéreo. Es ahí donde el caballero armado de coraje mata al furioso dragón, donde unos pocos inspirados por un ideal vencen a centenares de centenares de guerreros sin creencia alguna. Desatando así la historia que el padre le cuenta a su hijo, el cual algún día se lo contara a los suyos manteniendo siempre viva la memoria de unos pocos.
Este es el secreto de la lucha que he guardado siempre y sin saberlo han llevado ustedes en sus corazones. Lucha que será contada por otros a otros y así hasta el final de los tiempos, hasta el gran ocaso. Nada hay que pueda borrar una idea, nada logra desvanecer una esperanza, jamás puede ser pisoteada una ilusión si éstas están fundamentadas en el logro de un ideal.
Por eso yo, aquí y ahora confirmo fehacientemente que cuando un silencio se rompe es mas que posible de reconstruir, que los trozos de espejo serán uno de una vez y para siempre ¡Y pobre de aquel que no tenga el valor de afrontar esta verdad porque estará condenado a vivir y transcurrir como el resto de los mortales!
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