Entonces cuando tuve con qué
volví, compré el viejo apartamento
en el que de jóvenes vivimos.
Recorrí las habitaciones
esperando allí encontrarte
o al menos, restos de energía
que me permitieran invocarte.
Buscaba captar perfumes del ayer
aún atrapados en aquellas viejas paredes.
Un reflejo en el espejo
a la media noche
un puente para alcanzarte
la posibilidad de hablarte
por unos segundos.
Sin embargo hay cosas que el dinero
no puede comprar.
Ni la alquimia o la magia
nos podrán reunir
al menos en esta vida
tan solo quería que te llegara
el mensaje de que
lo intenté todo.
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