jueves, 25 de julio de 2019

A tus balas.


Sea lo que sea que estés planeando,
sin importar donde estés apuntando ahora
tires o no tires me da igual.
Dile a tus balas que en mi pecho
está para recibirlas con un beso mi corazón.
Vengas o vayas
a dónde estás
te llega al oído
un susurro mío
y es tan ácido y tan frío
que te logra perturbar
y a la vez te roba una sonrisa.
Hubo una vez
que se dibujó en el suelo
un tablero de ajedrez
¿quién puede cuestionar a quien
por mover sus piezas?
Una sombra se dibuja en tu mejilla
la oscuridad es inexorable hiel
que te besa silenciosa
y se acurruca a tus pies.
¿De quién sino esos latidos?
¿De quién sino esos halagos?
Me pregunto ¿Cómo harán para lograr
que se agiten esos párpados?
¿Cómo derramarán esos labios el caudal
de los deseos?
Ese río se crece, desborda e inunda
pero su caudal siempre regresa
al centro del río, todo es cuestión de esperar.

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