Las alegrías florecen en el desván
¿Y que mas da?
Si somos polvo que cuando el viento
se arremolina se va.
Si somos silencios y perdición
tragándonos el mal aliento
del adiós.
Yo tuve una mañana
si es que tuve un despertar
donde soñaba tus labios
y no existía nada mas
talvez el canto de un ave
de plumaje azul
talvez la clave de los ojos
que miran y luego se van.
Las alegrías florecen en el desván
¿Y que mas da?
Si vienen del polvo al que un día
también regresaran.
Tan efímeras como la risa
como aquella juventud
erguidas desde lo hondo
sueltan perfumes de mar.
Yo me arrodillo ante la belleza
en el altar de la perdición
dejo plegarias de niño inquieto
que lleva en sus manos el corazón.