Alguien tenia que aprender
lo que era el dolor
y no podía
elegirte yo a vos
uno tenia que saborear
el amargo y frío filo
de la soledad
uno tenia que soltar
la mano que lo sostenía
y esta hiena
sabe reír con estilo
y guardar silencios
de esos que ensordecen
a otros animales de esta selva.
Alguien tenia que contar hasta diez
y a mi se me da bien contar equivocaciones
medir actitud y reacciones
juzgar y tomar decisiones
aunque jamás ofrezco garantías
de seguro no hay garras
tan filosas como las mías.
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