lunes, 29 de abril de 2024

Apocalipsis ya.

 



No va a quedar silencio detrás

no habrán dudas que cuestionar 

ni se necesitará explicar con palabras

todo lo que queda, lo que nadie espera 

y sin embargo viene 

cómo cuando viene un tren 

se sienten vibrar las vías.

Cosas que solo saben

los que esperan trenes

con el cuello sobre los rieles. 


Siempre entre los locos como otro loco

y entre judas otro judas que se las juega

por vivir tan suelto a su antojo

antes que sucumbir al oscuro deseo 

de la realidad que nos reprime

ese monstruo que nos arrastra y comprime

todo eso que en el fondo te deprime.


A mi me arde entre la carne y la piel

no me gusta el sabor de la miel

todo me parece un cliché

parece que estuviéramos en el dos mil veintitrés.


Apenas es de día y el aire quema

el desierto pronuncia susurros

los metales viejos crujen 

las cruces arden. 

La piedad está disfrazada

de niño, de ángel, de hombre

pero vestida de hambre deambula

cómo otro cordero entre los corderos.

No me sorprende ya que nunca hicimos 

nada bien. 

jueves, 11 de abril de 2024

Algún día estarás en este lugar.

 



Algún día estarás en este lugar

y la oscuridad que te rodea 

te va a dar frío y también terror

porque el humano le teme

a lo que no puede ver. 


En los abismos encontrarás mi nombre

en la ceniza de ese cigarro un adiós. 

Tu voz me suena perdida 

y cada palabra es como un arma

que se dispara contra mi sien

una vez, otra vez; nunca más. 


Algún día estarás en este lugar 

y podrás sentir en tu carne

cuanto pueden arder las heridas

cuando ni las caricias aplacan

ese fuego que arde por dentro. 


En el día la maldad se oculta

huye de la luz y se recluye 

empequeñecida por el imperante sol

del que todos somos esclavos.

miércoles, 10 de abril de 2024

La voz transparente.

 


La voz transparente 

y el latido seco.

La mirada perdida

y los sueños rotos.

El alma desvanecida

pero la memoria intacta.


Como una estatua de sal

su figura son cristales

que los atraviesa la luz

pero también los llenan la oscuridad.


Mil caricias no podrían jamás

despertarte de tu letargo

de ese extraño invierno

del que cada día renaces.


Tan solo una lagrima cada tanto

rompe la quietud de tu rostro

se arrastra por el suelo

hasta llegar a salar 

el agua de los mares.

Me escapo

  Algunas noches me escapo por la ventana abierta del desdén  a veces me marcho sin pensar y otras tantas me encapricho tratando de equilibr...