Criticando otros chiches.

Criticando otros chiches

jugamos al berrinche

y no sabemos perder

ni siquiera ganar

tan solo jugar

y el látigo marca el lomo

del esbirro resignado

no estoy abrumado

pero quiero mi circo

mis payasos y leones

y mi traje de domingo

para que cualquier lunes

me digas que no puedo montar

este caballo.

Leyendo los diarios

escudriñando las noticias

tenes cara de obituario

y vos lo sabes mejor

pero mucho mejor que yo

las primeras planas no duelen.

Era un frágil engranaje

en la maquina de los miedos

desfilaba en penumbras

y nadie sabia realmente

que en algún momento

estuviste ahí

y quizás lo hiciste bien

quizás diste lo mejor

o solo un pálido obituario.

Frente al espejo.

Frente al espejo también lloran los hombres

frente al espejo con la mirada desierta

también gritan los azulejos

y golpean los teléfonos

y perturban los silencios

se vuelven rancios los muebles

se decoloran los cuadros

se toman indecisiones

se presienten estaciones

y se declara inocente del pecado

llamado amor.

Frente al espejo se sacuden las ideas

se hace verdad la mentira

se entiende que lo que se mira

no es lo mismo que lo que se ve

y no se sabe porque pero siempre

es donde muchos se suicidan

mientras que otros se cuidan

de verse bien

de no mirarse mucho

de no conocerse de una vez…

Ya no puedo soltar mi aliento

Ya no puedo soltar mi aliento

ni aullar a la luna las noches claras

roer un hueso o rascar mi sarna

ni pelear con otros perros

por la comida

soy un perro muerto al borde de la calle.

Ya no puedo romper las bolsas de basura

ni vagar tranquilo por los callejones

en busca de una perra en celo

ni orinar las puertas de las casas

por las que paso

soy un perro muerto al borde de la calle.

No juego a alcanzar las ruedas de un auto

ni intento atacar a los transeúntes

solo estoy estático viendo como al caerse el pelo

me van creciendo gusanos

soy un perro muerto al borde de la calle

pidiendo que aún me amen y me acaricien. 

Mi universo empieza ahí

Mi universo empieza ahí

hasta donde tu piel me lo permite.

El cielo es algo así

pero empieza en tus ojos.

Labios de pretil

corazón sabueso

la única verdad

es que no hay

al menos un solo hueso

que se resista a caer.

Nunca fui mas lejos que a un hospital

pero mate por amor.

Jamás aprendí a decir que no

sin embargo nada ata mis pies.

¿Te contaron al menos una vez
 lo que es el dolor?

Llevo como 30 abriles.

Llevo como 30 abriles pisando fuerte

estremeciéndome el pecho de tanto pensar

que en nada se puede concluir excepto

en que no existe la paz y todo es guerra.

Creo en fuegos que me encandilan

disfruto quemándome en hogueras

hace tiempo perdí el miedo a las quimeras

y no soy mas listo de lo que fui ayer.

Llevo 30 abriles que no me dan vergüenza

tan solo a lo sumo nostalgia e introversión.

Quiero contar todos los colores que mis dedos ven

y apenas logro vislumbrar lo oscuro y lo siniestro.

Llevo 30 abriles justos y necesarios

como equipaje para los otros que vengan.

Y te aseguro no me preocupa mirar

y ver que no tiene final el horizonte. 

Canción de Sirenas

Ojos que miran el ayer

del mar ondeándote el pelo

canción de mareas

consuelo sin fin.

Yo hubiese abrazado el dolor

que te toma y te envuelve

sangrando y nunca

volviéndose cicatriz.

Manos que buscan en la niebla

otras manos que buscan en la oscuridad

dedos ciegos que se estremecen

ante la bruma de la realidad.

Vacío y más vacío

navegar para nunca llegar

naufragar y a lo lejos quizás escuchar

el canto de las bellas Sirenas...

Criticando otros chiches

Criticando otros chiches

jugamos al berrinche

y no sabemos perder

ni siquiera ganar

tan solo jugar

y el látigo marca el lomo

del esbirro resignado

no estoy abrumado

pero quiero mi circo

mis payasos y leones

y mi traje de domingo

para que cualquier lunes

me digas que no puedo montar

este caballo.

Leyendo los diarios

escudriñando las noticias

tenes cara de obituario

y vos lo sabes mejor

pero mucho mejor que yo

las primeras planas no duelen.

Era un frágil engranaje

en la maquina de los miedos

desfilaba en penumbras

y nadie sabia realmente

que en algún momento

estuviste ahí

y quizás lo hiciste bien

quizás diste lo mejor

o solo un pálido obituario.