En la oscuridad todas se parecen a aquella
que olvido y que recuerdo para luego volver a olvidar.
Sin embargo cada labio tiene una suavidad diferente
cada pezón tiene su propio Norte imaginario al que apunta.
Solo lleno espacios vacíos con pequeños flashes de caricias
con pequeñas cicatrices con las que he dormido
y a pesar de haberles sobrevivido sigo pensando
que todas las heridas de amor al final matan.
Asi como matan las indiferencias en la madrugada
los soles que desconocen la hora del alba
las chicas que van por la calle sin mirar a nadie
y de golpe lanzan una mirada, hieren y desaparecen.