Vamos quebrando intercambios de calor
y te extraño al amanecer
a veces tengo miedo de merecer
tanta locura que anda suelta.
Siento el brillo y no la luz
escapo de mi propio parecer
entonces comienzo a creer
en todo a lo que antes dije que no.
Soy por momentos una contradicción
que se transforma en interrogante
que te llora cuando te vas
y espera que vuelvas sin acordarte.
Fijo a la pared de nuestros días
con clavos de vanidad el dictamen
con clavos de vanidad el dictamen
que susurran las agujas del reloj
y son salmos para un dios
que no lo sabe todo de nosotros.