martes, 12 de abril de 2011




















Vamos quebrando intercambios de calor
y te extraño al amanecer
a veces tengo miedo de merecer
tanta locura que anda suelta.

Siento el brillo y no la luz
escapo de mi propio parecer
entonces comienzo a creer
en todo a lo que antes dije que no.

Soy por momentos una contradicción
que se transforma en interrogante
que te llora cuando te vas
y espera que vuelvas sin acordarte.

Fijo a la pared de nuestros días 
con clavos de vanidad el dictamen
que susurran las agujas del reloj
y son salmos para un dios
que no lo sabe todo de nosotros.

Tan imbécil yo.

  Hay quienes dicen que en la noche se esconden cosas tenebrosas como latidos, amantes sombras de los que supimos ser despojos de los que so...