Deja de buscar
trocitos de felicidad en la alacena
o despojos de vida en los ojos
de esa vieja muñeca.
Te toco crecer y creer
en cosas que al fin desilusionan
en personas que siempre son
tan diferentes de lo que pensamos.
En sueños que nunca se acercan
a lo que hay cuando despertamos.
No pares de encontrar
alegría debajo de las uñas
o trocitos de risa pegados en los azulejos
de lo mucho que se disfruta la perversión.
Nos toca aprender y aprendemos
que no hay mejor amanecer ni perfume
que el de ésta cama después de hacer el amor.
El pasado jamás encarcela el hoy
y recuerda que hay zapatos
que no nos pusimos
ni nos dejaremos poner jamás
de manera tal que nadie luego nos pueda
decir por donde caminar…
ni nos dejaremos poner jamás
de manera tal que nadie luego nos pueda
decir por donde caminar…