jueves, 16 de octubre de 2008

No pares.





Deja de buscar
trocitos de felicidad en la alacena
o despojos de vida en los ojos
de esa vieja muñeca.
Te toco crecer y creer
en cosas que al fin desilusionan
en personas que siempre son
tan diferentes de lo que pensamos.
En sueños que nunca se acercan
a lo que hay cuando despertamos.

No pares de encontrar
alegría debajo de las uñas
o trocitos de risa pegados en los azulejos
de lo mucho que se disfruta la perversión.
Nos toca aprender y aprendemos
que no hay mejor amanecer ni perfume
que el de ésta cama después de hacer el amor.
El pasado jamás encarcela el hoy
y recuerda que hay zapatos 
que no nos pusimos
ni nos dejaremos poner jamás
de manera tal que nadie luego nos pueda
decir por donde caminar…

miércoles, 16 de abril de 2008

Quiero ver el sol.

Quiero ver el sol
se que hay un lugar
no tan lejos de este lugary que ahí estará
todo ese brillo que hoy no esta
y ese calor
que hace falta al despertar.
Sol de otro lugar
¿por qué no vienes aquí?
mira que también
tenemos ojos para ver
y manos para saber
que ahí estas
viéndonos crecer
en nuestro afán inmortal
de irnos lejos, a cualquier lugar.

Quiero ver el sol
no importa nada más
volveré de cualquier lugar
donde me digas que ahí esta
brillando para mí
la extraña posibilidad
de ese sueño de calor
que esta guardado para mí.
Señala y hacia allí iré
no importa cuanto tardare
siempre en los caminos
se encuentra más que en la ciudad.
¿Por qué no viene hasta aquí?
en algún lugar esta ese lugar
quizás sea allí, allí no más
o juntos aquí y sea este sol
el que nos hará brillar…

miércoles, 27 de febrero de 2008

Eras de terciopelo blanco




Eras de terciopelo blanco y venas bordadas
cuando te vi por primera vez.
Tus ojos veían todo sin mirar nada
y ese vacío se extendía a todo lo que te rodeaba.
Yo escribía poemas de amores desdichados y banales 
quejidos en foros contextuales
donde no me conocía nadie.
Vivía de bar en bar de noche en noche
viajaba con borrachos en algún coche,
que siempre estaba a punto de chocar.

Y vos llegaste a mí
o me llevaste a donde querías
enfriaste mi fuego, mis juegos, mi alma.
Con tu abismo que desvanecía
todo lo que nos rodeaba
transformaste esto en una ausencia compartida.
Dabas besos tan fríos como postales extraviadas.
Querías menos de lo que podías
nunca te importaba nada.

Y yo caí a tus pies, me enrede en tu red
intente saciar mi sed en tu cuerpo
hasta que me diste hambre.
Siembras una cruz en cada jardín
del que tomas una rosa.
Nunca había visto cosa igual
arrasando con todo lo que conocía.

Eras de terciopelo blanco y venas bordadas
cuando te vi por primera vez
tus ojos veían todo sin mirar nada...

Nunca hicimos nada bien.

  No va a quedar silencio detrás no habrán dudas que cuestionar  ni se necesitará explicar con palabras todo lo que queda lo que nadie esper...